Él marketing consciente Es el nombre sin sentido con el que se ha bautizado al marketing como debe ser y, por desgracia, no suele serlo. Su nombre deriva de la técnica mental de consciencia que consiste en centrarse en el aquí y ahora, abriendo los sentidos y despejando la mente.

Una vez aclarado el origen del mindfulness, me voy a centrar en el marketing consciente, algo que podríamos traducir como “comercialización consciente”.

¿Qué es el marketing consciente?

La cuestión es articular tu estrategia de marketing en cinco principios básicos:

a) Las personas del centro, tanto vendedores como clientes

La empatía es el principio clave. Somos seres humanos tratando con otros seres humanos, ya sea a través de canales físicos o digitales. No tratamos a las personas como números, estadísticas o porcentajes de ganancias. Todo eso viene después, nunca antes. Por eso buscamos una comunicación empática, lo más personal posible y en la que no contamos milongas que no podemos cumplir o ponemos excusas para no reconocer cuando nos equivocamos.

b) Las acciones de nuestra empresa tienen repercusiones en la sociedad y el medio ambiente

Las personas que nos compran viven en un determinado entorno social y medioambiental del que no podemos ser ajenos. Nuestros productos o servicios tienen que aportar algo a la sociedad y al entorno natural, no solo añadir valor a quienes nos compran.

c) Las empresas tienen valores y objetivos más allá de vender más

El tema de los valores está muy cansado, pero es más necesario que nunca porque el propio cliente quiere saber no solo quiénes somos, sino también en qué creemos como empresa. No, no es necesario que nuestro objetivo sea colonizar Marte como si fuera a ser mejor vivir allí (hola Elónguiño, guiño) pero es necesario que nuestros valores sean coherentes con el mundo en el que vivimos y estén en consonancia con los valores personales de nuestros clientes.

No puedo decir que mi empresa es ecológica y ecológica solo porque usamos envases de cartón reciclado y tenemos paneles solares en el techo.. No puedo decir que mi principal valor son las personas y luego atender a mis clientes con un robot telefónico o un chatbot. Creo que lo tienes.

Nuestras fábricas son megacontaminantes, pero tenemos una lista de valores medioambientales en nuestra web que te dejará boquiabierto

d) Consumo consciente

Las acciones de marketing tienen un impacto fundamental en la sociedad.

En el contexto actual de hiperconsumo y agotamiento de recursos, es necesario dar un paso atrás y repensar la estrategia, tanto de marketing como de negocio en general, para ayudar a nuestros clientes a ser conscientes de lo que están comprando y de las consecuencias de ello. mero acto de compra. No es que no queramos que la gente compre, pero Tenga en cuenta que esta compra genera impactos positivos y negativos. Obviamente, si nuestros productos están diseñados para minimizar los impactos negativos, mucho mejor.

Pero no queda ahí, el marketing consciente va más allá, más adelante te cuento más.

e) Las empresas deben prestar un servicio a la sociedad y contribuir al bien común

Cada vez surgen más iniciativas colectivas, incluso de grandes empresas, que se suman al concepto de empresas con propósito. Esto supone un giro copernicano en el concepto mismo de empresa, que pasa de priorizar la tradicional (y fallida) “creación de valor para el accionista” como primer objetivo a convertirla en “creación de valor para la sociedad”. Esto no quiere decir que las empresas renuncien a ganar dinero ni mucho menos, sino que hay un objetivo mayor de hacer dinero que no es solo llenar los bolsillos de los dueños y accionistas. Las empresas se convierten en agentes de cambio social y transición ecológica. Y estamos muy, muy necesitados de ambos.

“No puedo decir que mi negocio es ecológico y ecológico solo porque usamos envases de cartón reciclado y tenemos paneles solares en el techo”.

Cómo aplicar el marketing consciente

Si algo debe ser marketing es verdad. Sé que a muchos y muchas les costará que este concepto entre en sus neuronas estancadas, pero es el mercado, amigo. Vivimos en un mundo en el que todo acaba por saberse y cada vez se va más rápido, así que antes de vender medias verdades o directamente disfrazar la verdad con un bonito papel de regalo y un lazo, debes saber que Si no dices la verdad, te van a agarrar y tu reputación sufrirá.

Partiendo de este principio elemental, pero que muchas empresas aún no tienen claro (¿cuántas veces al día escuchamos decir “los mejores precios” cuando el 90% de las veces es mentira? ¿Puede ser bueno un chocolate si lo es? ¿relleno de manteca de palma?, podría seguir hasta el infinito…). Si queremos aplicar el marketing consciente, tenemos que cambiar la visión de nuestro negocio de acuerdo con los cinco principios básicos del punto anterior.

En otras palabras, tenemos que ser conscientes de lo que vendemos y del impacto social y ambiental de lo que vendemos.. Y si no estamos dispuestos a abrir ese melón, mejor nos olvidamos del mindful marketing porque probablemente no sea la estrategia adecuada para nosotros. Pero si ese es tu caso, no olvides que el consumidor manda. Ese consumidor cada vez más concienciado con las olas de calor, la desaparición masiva de insectos, el aumento de los precios de los alimentos, la contaminación y las desigualdades. Ese consumidor que empieza a estar un poco harto de que nadie haga nada y todo el mundo le pida que haga cosas. Entonces, si yo fuera tú, me sentaría y pensaría.

Como amo profundamente las listas de cosas, en este artículo no podían faltar. Aquí hay una lista (probablemente incompleta) de los cosas que debes hacer si quieres implementar una estrategia de marketing consciente.

No intentes escapar, sé que te gustan las listas

1. Encuentra el propósito de tu negocio

Y no, no basta con que colabores con una ONG. Se trata de pensar qué valor aportas o puedes aportar a la sociedad con tu negocio. A la pregunta de ¿por qué hago esto? No puedes simplemente responder “para ganar dinero”.

2. Desarrolla valores que puedas vivir

no olvides eso Tu empresa no es lo que dices que es, sino lo que dicen tus clientes y, ojo, tus empleados, proveedores, etc.. Así que ten cuidado con vender lo bueno que eres si en realidad no eres tan bueno. Los valores siempre deben ser verdaderos. Si un valor es el equipo (por poner un ejemplo de lo que el 99% de las empresas dicen de sí mismas), parte de tu estrategia de mindful marketing tendrá que ser cuidar ese equipo y contar cómo lo haces. Pero no puedes vender equipo si cuando les preguntas a tus empleados su opinión sobre tu empresa te dicen que es caca de yak.

O peor aún, que se sientan tratados como caca de yak.

3. Humaniza tu comunicación

Si eres una pequeña empresa, olvídate de la alergia a las cámaras y preséntate. Haz saber a las personas que hay personas en tu empresa y que son tratadas como tales. Mira (vale, es otro nivel, pero sirve de ejemplo) lo que ha hecho Balay al poner a sus empleados como protagonistas de su publicidad. Eche un vistazo a este video documental y cómo responden todas las preguntas de marketing consciente una por una.

Y si eres pequeño, hacer lo mismo pero con menos presupuesto es más que posible. No necesitas un gran despliegue técnico para crear un vídeo decente y, sobre todo, eso contar una historia ¿Qué quieres ver hasta el final?.

4. Empatizar con el sentimiento colectivo

El “bueno, bonito y barato” ya no funciona tan bien como antes y lo hará cada vez menos. Además, en una estrategia de marketing consciente, tu negocio no puede ser una isla que no esté relacionada con la sociedad. Si mucha gente lo está pasando especialmente mal debido a la subida de los precios, hay que reaccionar. Y eso no significa bajar los precios, porque su negocio no podrá permitírselo. Pero puede enfocar su marketing en las cualidades de su producto, como durabilidad, o el hecho de que sus proveedores sean locales.

5. Sea lo más transparente posible

Abre las puertas de tu almacén o tu fábrica. Permite que la gente vea lo que normalmente nadie o casi nadie enseña. No hay secretos. Que se sepa cómo se hace lo que vendes, de dónde viene y a quién beneficia. Yo iría más allá, aunque sé que esto puede marear a más de un propietario/gerente/CEO/como-se-llame de muchas empresas: ¿por qué no publicáis vuestras cuentas? Si la gente piensa que te estás ganando la vida con la inflación, ¿por qué no dejarles ver exactamente cuánto estás ganando, ya que si eres una corporación, esos datos son públicos de todos modos? Siempre es más fácil entender las cosas cuando alguien nos las explica, ¿no crees?

6. Haz que tu negocio sea beneficioso para la sociedad y el medio ambiente

Tenga en cuenta que estoy hablando de su negocio, no solo de su producto. Son muchos los servicios que tu empresa puede prestar a la sociedad, dejando de lado el origen y respeto por el medio ambiente o la reducción de emisiones contaminantes. Aquí hay una mini-lista de sugerencias:

  • Olvídate de usar y tirar. Crear productos que duren y puedan tener varias vidas.
  • Involucrarse en todo el ciclo de vida del producto. No apliques lo de “vender y olvidar”. Cuando el producto ha llegado al final de su vida útil para el cliente, ¿puede serle útil como materia prima?
  • Facilidad de reparación. Desde el mismo diseño del producto, facilitar su reparación, ya sea porque ofreces ese servicio o porque le explicas al cliente cómo hacerlo y le ofreces los repuestos que necesita. Hay un montón de aparatos que funcionan con pilas que, cuando la batería llega al final de su vida útil, no se pueden reemplazar porque es inaccesible o simplemente imposible de cambiar. ¿Existen alternativas para que esto no sea así?
  • Explicar las alternativas de reutilización. Muchos productos pueden servir para otra cosa cuando ya no dan más de sí mismos. De hecho, deberían.
  • Facilita el reciclaje como última opción. Recompense a sus clientes si devuelven un producto inutilizable en lugar de tirarlo, y asegúrese de que se gestione correctamente si no puede recuperarlo en su cadena de valor.
  • Facilita el transporte colectivo. Sobre todo en el caso de los polígonos industriales, que suelen estar muy mal comunicados, ¿has pensado en dar un servicio de transporte a tus empleados? ¿Cuánto ahorrarían en combustible y cuántas emisiones contaminantes le ahorras al planeta?
  • Invierte en beneficios para tu comunidad más cercana. Si te dedicas a la alimentación, dona los productos que no se vendan a un banco de alimentos o busca alternativas para que no se desperdicien. Si tienes una fábrica, minimiza el impacto ambiental pero también el visual. Mantenga su entorno empresarial limpio. ¿Recuerdas a los dueños de las antiguas tiendas de barrio barriendo y trapeando las aceras frente a su tienda? Eso hace comunidad.

7. Tómate un tiempo periódicamente para pensar en cómo hacer mejor las cosas

Y en eso puedes involucrar tanto a tus empleados como a tus clientes. El redes sociales Sirven para algo más que para bombardearte con ofertas. Dispone de canales de comunicación que puede utilizar para pedir a sus clientes que le ayuden a mejorar las cosas. Puede que te sorprenda la respuesta.

En definitiva, si hablamos de marketing consciente, estamos hablando de asumir la responsabilidad que tienes como empresa. Por supuesto que cuesta dinero, pero las empresas que lo hacen obtienen más visibilidad y más lealtad de sus clientes. No es un gasto, es una inversión en la que todos ganan: podrás vender más y mejor, tus clientes estarán más satisfechos y estarás haciendo algo positivo por la sociedad.

Foto: Depositphotos

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