El sojaél principal producto de exportación desde argentina, alcanzó su valor más bajo en casi dos décadas, cerrando ayer en $349 la tonelada.
Este precioel más bajo desde septiembre de 2006, representa una caída del 7% en la semana, según informar a Infobae el economista salvador vitelli por Grupo Romano. El “colapso” Afecta directamente a la economía argentina.especialmente en un contexto de creciente brecha cambiaria y un mercado global bajo presión.
Efectos de la caída
El impacto de la caída del precio de la soja se ve agravado por el contexto global, marcado por la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de bajar su tipo de interés en 25 puntos, lo que provocó cierto nerviosismo en los mercados. Si bien los bonos de la deuda argentina resistieron, la situación presionó al dólar, que sigue subiendo.

El precio de la soja volvió a caer, mientras que el dólar en Brasil subió un 30% y alcanzó un nuevo récord.
Paralelamente, la devaluación del real brasileño es otro factor que complica aún más el panorama. El dólar en Brasil alcanzó ayer un nuevo récord de 6,30 reales, lo que representa un aumento del 30% en lo que va del año. Esta situación afecta tanto a las exportaciones argentinas como a la competitividad del sector industrial.
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De esta manera, especialistas del sector analizan que la devaluación del real encarece las exportaciones argentinas a Brasil, que es su principal socio comercial. Además, la apreciación del dólar en Brasil abarata las importaciones desde este país, lo que podría aumentar la competencia en el mercado local. Sin embargo, el Gobierno argentino sostiene que este fenómeno es una “situación puntual” y no alterará la política cambiaria en el corto plazo.

El impacto de la caída del precio de la soja se ve agravado por el contexto global.
Los próximos meses serán clave para evaluar la evolución de ambas economías y su impacto en el mercado financiero global. Por un lado, existe la preocupación de que la crisis fiscal en Brasil pueda desencadenar una recesión, lo que afectaría directamente el crecimiento regional.
Sin embargo, también hay quienes consideran que Argentina podría beneficiarse el próximo año de una posible fuga de capitales desde Brasil, lo que impulsaría las inversiones hacia mercados más estables.
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